ANÁLISIS DEL LIBRO
“ENLOS ZAPATOS DE LA PULGA”
Este
libro de Martha Paz, patrocinado por el Centro para Programas de comunicación,
es un testimonio de mucho valor sobre una experiencia que marcó un hito en la
historia del periodismo boliviano. Ella fue la instauración de la
autorregulación empresarial mediante la Defensoría del Lector por el Grupo de
Prensa Líder compuesto por ocho de los principales diarios del país.
Podemos
partir en cuestionarnos ¿será que la Ley de Imprenta ya caduco?
En
la ciudad de Santa Cruz; un graduado de la Universidad Privada de Santa Cruz de
la Sierra (UPSA)OsmanPatzzi propuso que haya una Defensoría del Lector.
Esta
propuesta fue apoyada por el consorcio de empresas periodísticas (El Deber,
Santa Cruz, La Prensa, de La Paz, Los tiempos, de Cochabamba, Correo del Sur,
de Sucre, Nuevo Sur, de Tarija, El Potosí, de Potosí, El Norte, de Montero y El
Alteño, de El Alto) hayan tomado voluntariamente la iniciativa de considerar
más y mejor a los lectores de sus periódicos a través de lo que se conoce como
autorregulación periodística y así, mejorar sus productos y aumentar su
credibilidad.
Por
otro lado podemos recordar que el 7 de diciembre de 1826 se aprobó la ley sobre
la libertad de imprenta, sus abusos y penas, que regulaba la actividad de la
prensa estableciendo prohibiciones tales como atacar la Constitución Política
del Estado, propiciando su desacato; no publicar artículos contra la moral y
decencia públicas; y no inmiscuirse en la vida privada de las personas cometiendo delito de injuria.
Con
la ley que ya fue aprobada podemos indicar que
la Defensoría del Lector es un ente que practica esta normativa, bien
pueda tener otro nombre, la iniciativa es buena.
Como
partíamos indicando si la Ley de Imprenta ya habría caducado la preocupación de
algunos empresarios por autorregularse pensaríamos en estructurar que es una
iniciativa para aumentar su credibilidad.
Sería
bueno incluir al proyecto de la Ley de Comunicación para Bolivia, puntos
imprescindibles del “Estatuto del Defensor del Lector”:
PRINCIPIOS
DE AUTORREGULACIÓN
Necesidad
de autorregulación:
El
Deber reconoce la necesidad de autorregulación para perfeccionar su desempeño
bajo un esquema de interacción medios-comunidad.
Defensoría
del Lector.
El
mecanismo más conocido para efectuar la autorregulación es la Defensoría del
lector, que ya existe desde hace algunos años en ciertos países de Europa.
Perfil
del Defensor.
El
Defensor del Lector es una persona a quien se le reconoce alta profesionalidad
moralidad y pluralidad.
Funciones.
El
Defensor del Lector ayuda al diario a atender y responder las quejas del
público.
Derecho
a réplica.
Cuando
El Deber se equivoque, debe reconocerlo y proceder a hacer rectificaciones,
correcciones y aclaraciones precisas.
Procedimientos
de trabajo:
- El
trabajo
Como
periodistas, en este caso los que cubren el área de prensa escrita tienen que
seguir los códigos de ética por los cuales haya una concordancia con el lector
y el redactor.
Es
muy importante que si se implanta una nueva ley de comunicación exista
artículos que indiquen el buen manejo de la información para que no vaya en
contra los derechos humanos del lector no solo el cuidado es con los
protagonistas de la noticia.
- Independencia.
La
relación entre los periodistas y el Defensor del Lector es la misma que se
podría establecer entre un redactor y un lector.
Podemos
aportar en el punto de la Independencia, El Defensor del Lector no tendría que
estar administrado ni por el Gobierno, ONG. Tendría que haber una verdadera
indecencia como el “Órgano Electoral Plurinacional”
- Honorarios y horarios de trabajo.
El
Defensor del Lector no forma parte de la planta de trabajadores de El Deber.
Por tanto, no recibe sueldo sino honorarios, según contrato civil.
Podemos
aportar en el punto de Honorarios y horarios de trabajo, quien tendría que
pagar el sueldo al Defensor del Lector, tendría que ser el Estado. Como lo hace
con el Defensor del Pueblo.
Con
la nueva Ley de Comunicación tendría que haber un capítulo entero. En el cual
se trabaje un Código de Ética y de una declaración de principios.
Es
raro pero es así. Los comunicadores comunicamos las cosas de los otros, pero no
las nuestras. Parece que nos gusta hablar de los demás, mas no de nosotros.
¿Por qué La Pulga? Porque queremos 'picar'. 'Picar' para
sentir cosquillas y alegrarnos de las cosas que hacemos bien. Y 'picar' para
sacudirnos de lo que no hacemos tan bien.
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